En general, los médicos aconsejan fijar la temperatura del aire acondicionado entre los 24 y 26 grados. Se dice que no debe estar por debajo de los 24 grados y generalmente se dice también que la temperatura óptima es entre los 25 y 26 grados. Para dormir, también es preferible que sea más cercana a los 25 ó 26 grados.
– ¿Por qué es conveniente respetar esa temperatura?
El revestimiento de los bronquios está hecho de unas células que tienen unos pelitos, llamados cilias. Esas cilias están rodeadas de una mucosidad que está llena de anticuerpos, inmunoglobulina A, lactoferrina y diferentes tipos de sustancias que nos protegen de la infección.
Hay que tener en cuenta que por día ventilamos cerca de 10.000 litros de aire y que la superficie de nuestra vía aérea es similar a dos canchas de tenis. Es decir que el contacto que tenemos con el medioambiente es muy grande. Sin embargo, lo normal es que no enfermemos porque están estas barreras de células que fabrican esta mucosidad, llena de anticuerpos y sustancias protectoras y estos pelitos que van de manera sincrónica expulsando todo lo perturbador que entra en la vía aérea, llámese cuerpos extraños, llámese bacterias, o sustancias articuladas alergénicas.
Pero cuando uno tiene una exposición al aire muy frío o aire seco (porque el aire acondicionado también baja la humedad ambiental) toda esta película de mucosidad y todos estos pelitos o cilias empiezan a funcionar desorganizadamente. Si uno además está estresado o tiene una enfermedad alérgica de base, son todas situaciones que predisponen a que si hay algún virus o bacteria dando vuelta por el aire se genere el resfrío.