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Aunque la mayoría de vosotros conocéis de sobra lo que es una caldera de gas de condensación, vamos a hacer un pequeño resumen acerca de su funcionamiento y ventajas.
Las calderas de gas no necesitan de energía eléctrica para poder generar calefacción, esto significa que los usuarios obtienen los beneficios a un bajo coste y totalmente ajustado a sus necesidades por medio del gas, ya sea natural o propano.
Las calderas de condensación aprovechan gran parte del calor que se pierde en forma de vapor de agua liberado en el humo de la combustión, lo que les da un rendimiento extra y consumen entre un 15 y 30% menos de gas, según el tipo y uso de cada instalación. Es decir, el gas se quema, calentándose y convirtiendo en vapor el agua que contiene la propia caldera. Posteriormente, ese vapor sale del depósito de la caldera y es el empleado para calentar tanto los radiadores, como el agua caliente sanitaria empleada en el hogar.
Para orientarnos a la hora de elegir una caldera, lo que primero debemos saber es la potencia necesaria para su vivienda, así por ejemplo nos valemos a modo orientación:
- Hasta 100 m2 y 1 baño, se requiere uno s 24kw de potencia ACS y 24Kw de potencia de calefacción.
- Hasta 180 m2 y 2 baños, se requiere uno s 28kw de potencia ACS y 24Kw de potencia de calefacción.
- Hasta 180 m2 y 3 baños, se requiere uno s 35kw de potencia ACS y 28Kw de potencia de calefacción.
- Hasta 180 m2 y más de 3 baños, se requiere uno s 35kw de potencia ACS y 30Kw de potencia de calefacción.
Cuando se abre el grifo en una caldera convencional, hay un tiempo de espera hasta que el agua sale a la temperatura requerida. Sin embargo, con una caldera de gas de condensación que cuente con tecnología de microacumulación el agua sale a la temperatura deseada prácticamente en el mismo instante que abrimos el grifo. Por lo que esta tecnología mejora notablemente el confort y reduce las esperas con el consiguiente ahorro en agua. Pero la realidad es, que si tiene un tirada de tubería de ACS más bien larga, este microacumulador no será suficiente como para dar un suministro continuo de agua caliente desde prácticamente el primer momento, pero siempre en cualquier caso supondrá un ahora de agua.
Las calderas de gas de condensación con microacumulación se recomiendan para viviendas en las que puede coincidir más de un grifo a la vez, como puede ser el caso de una familia de más de 2 miembros.
Si a esto le añadimos un termostato modulante el ahorro puede ser aún mayor. Los termostatos modulantes, permiten a la caldera realizar la modulación automática y ajustarse mucho más a las necesidades permitiendo mayor confort y ahorro que con los “on/off”. Normalmente son específicos para cada marca. Al gestionar mejor el funcionamiento de la caldera, el rendimiento de la instalación es mucho mayor y el consumo, por tanto, es menor. La regulación modulante permite un ahorro en calefacción de hasta un 10% adicional.
Los termostatos modulantes son de obligatoria instalación en obra nueva para regular el funcionamiento de una caldera de condensación según el nuevo RITE, que ofrece también la opción de instalar un sistema de regulación con sonda exterior.
Es importante que la instalación de los termostatos sea la correcta, ya que tiene que ir ubicado en un lugar donde la lectura de la temperatura ambiente sea lo más exacta posible. Normalmente se suele instalar en el salón y el resto de las habitaciones se regulan en función de la temperatura de éste. Hoy en día existen también termostatos inalámbrico que se pueden llevar por cualquier parte de la vivienda.
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