Un recuperador de calor puede resultar de gran ayuda en la climatización de viviendas y oficinas. Y es que el coronavirus ha obligado a pensar más que nunca en la ventilación. En los espacios cerrados se corre mayor riesgo de contagio, lo que obliga a mantener una buena renovación del aire aunque en ocasiones esto obligue a perder temperatura en la habitación.
Una ayuda necesaria
Conseguir una buena ventilación en viviendas y oficinas es una cuestión de salud. Un aire de mala calidad solo contribuirá a que las personas enfermen, a que la concentración de dióxido de carbono y otros gases aumente, y de ese modo será más sencillo contagiarse con algún virus. Además, es recomendable filtrar el aire que entra para lograr unos mejores resultados.
En la mayoría de los casos, las personas se limitan a abrir las ventanas de par en par y dejan que el aire se renueve de forma natural. Sin embargo, esto hace que las temperaturas desciendan drásticamente en poco tiempo, en especial si se está en los meses más fríos de años. Esto también puede ocurrir con sistemas de climatización mecánicos.
En ese sentido, un recuperador de calor forma parte de un sistema de ventilación. Es un intercambiador térmico que permite transferir parte del calor del aire que sale al que entra. De esta forma las temperaturas del interior se mantienen estables aunque se esté renovando el aire constantemente. Además, se trata de un dispositivo que funciona tanto en invierno como en verano.
En los días de más calor, la transmisión de temperaturas puede invertirse. El aire del interior saldrá frío, y el recuperado será utilizado para disminuir la temperatura del aire que entra. Una vez más, se estará manteniendo el equilibrio térmico en la habitación, sin perder calidad en el aire y sin generar un consumo energético demasiado alto.
¿Qué ventajas ofrece un recuperador entálpico?
Un recuperador entálpico es un dispositivo capaz de recuperar la energía sensible, como un recuperador de calor convencional, y la energía latente. De esta manera, el sistema puede recuperar energía calorífica a partir de la diferencia de temperatura y tasa de humedad que existe entre el ambiente exterior y el interior. Su instalación dentro del sistema de ventilación supone un incremento del bienestar y el confort de los ocupantes de los edificios, pues se garantiza un aire interior de máxima calidad con unas características higrométricas dentro de los límites admisibles. Además, dado el alto porcentaje de energía capaz de recuperarse durante el proceso de ventilación, se disminuye la demanda energética
De esta forma su funcionamiento es más eficiente. No depende de elementos artificiales para modificar la temperatura del aire, y realiza su trabajo con el mínimo consumo posible de energía y otros recursos. Algo que se notará en la factura de la luz. Por supuesto, actúa en cualquier momento del año: sea invierno o verano, el recuperador mantiene la temperatura seleccionada sin alterar el funcionamiento del sistema en ningún momento.
Gracias al tratamiento higroscópico del rotor del recuperador, el dispositivo puede captar vapor de agua del flujo de aire más húmedo. Así, se cede humedad al flujo de aire más seco. Cuando el flujo de extracción de un recinto ventilado de manera mecánica atraviesa el rotor del ventilador, gracias a este tratamiento higroscópico, el aire de renovación cede calor (se enfría) y humedad (se deshumidifica) durante la época estival. Durante los meses de invierno se produce el fenómeno contrario, es decir, el aire de renovación se calienta y se humidifica.
De acuerdo con el RITE, toda instalación térmica ha de cumplir con las exigencias de eficiencia energética. Para ello, establece los siguientes requerimientos:
- Todos los sistemas han de garantizar el mayor rendimiento energético.
- Tanto los equipos como el tendido de conductos han de estar debidamente aislados.
- Todo el sistema ha de ser regulable y controlable, de manera que se puedan establecer las condiciones de funcionamiento.
- El sistema de ha de alimentarse, en la medida de lo posible, de energías renovables.
- Con el fin de reducir la factura energética, es obligatorio integrar dispositivos de recuperación de energía (recuperador de calor y recuperador entálpico), de manera que se pueda aprovechar la energía residual y latente del propio proceso. En la misma línea en materia de eficiencia energética, se deben ir eliminando, de manera progresiva, todos aquellos sistemas que se demuestren ineficientes.
- Cuando el sistema dé servicio a una colectividad, este ha de incorporar un contador de los consumos.
En resumen, las ventajas que ofrece un recuperador de calor son:
- Ahorra energía
- Mejora la calidad del aire
- Mayor sensación de confort
- Accesibilidad y mantenimiento sencillo
- Respeta el medio ambiente
Por último, un recuperador de calor es un gran aliado contra la COVID. Esta es una ventaja derivada de la anterior: al utilizar filtros, el aire que entra siempre lo hará en las mejores condiciones posibles. Y la ventilación no se detendrá en ningún momento, lo que disminuirá el riesgo de contagios.
En definitiva, un recuperador de calor es un dispositivo capaz de potenciar el funcionamiento de cualquier sistema de ventilación. Garantiza una temperatura estable todo el año, y gracias a él estará garantizado que el aire que entre sea de la mejor calidad. En Airefrio.com se apuesta por soluciones tecnológicas de vanguardia como estas. ¡Contacta con nosotros!