En las últimas semanas, los titulares y las redes sociales han estado inundados de noticias alarmantes sobre el destino de las calderas de gas en Europa. Sin embargo, es hora de aclarar los hechos y desentrañar la verdad detrás de los titulares sensacionalistas.
El 13 de septiembre, la Unión Europea publicó la Directiva (UE) 2023/1791 sobre eficiencia energética, desatando una ola de especulaciones que afirmaban que las calderas de gas tenían los días contados y que se imponía la instalación de bombas de calor. Pero aquí está la realidad: estas afirmaciones se han mezclado con otros proyectos de directivas aún no aprobadas, como la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD), generando confusión y alarma injustificada.
La Directiva de Eficiencia Energética actualmente vigente no prohíbe las calderas de gas. Su enfoque se centra en el compromiso obligatorio de mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo de energía. En otras palabras, busca que las calderas de gas y otros sistemas sean más eficientes, no que desaparezcan.
La EPBD pendiente de aprobación sí introduce limitaciones al uso de combustibles no renovables, pero no prohíbe tecnologías específicas como las calderas de gas. A partir de 2024, no se subvencionarán las calderas alimentadas con combustibles fósiles, y desde 2026, no se permitirá su instalación en edificios nuevos o en reformas importantes. Sin embargo, en viviendas con calderas de gas existentes, podrás sustituirlas sin problemas.
El año 2035 marca el cierre del capítulo para los combustibles fósiles, pero se abre una puerta al uso de combustibles renovables. Esto significa que, incluso después de 2035, podrás seguir utilizando calderas de gas si las adaptas para funcionar con gases renovables como el hidrógeno o el bio-metano. La mayoría de los fabricantes ya están ajustando sus modelos para esta transición.
Si bien se fomenta el uso de tecnologías como la bomba de calor, especialmente en viviendas nuevas, la Unión Europea no prohíbe ninguna tecnología que cumpla con los criterios de renovabilidad exigidos. Entendemos que la aerotermia es una opción atractiva para la climatización y la producción de agua caliente sanitaria, pero también comprendemos que no siempre es la solución más adecuada, sobre todo en viviendas más antiguas con infraestructuras de gas existentes, y poco espacio disponible.
En resumen, las noticias que proclaman la desaparición inminente de las calderas de gas están lejos de la realidad. La Unión Europea está comprometida con una transición hacia fuentes de energía más limpias, pero esto no significa que las calderas de gas desaparecerán de un día para otro. Cambiarán, sí, pero seguirán siendo una opción viable y sostenible durante mucho tiempo. El futuro de la calefacción y la energía en nuestros hogares está en constante evolución, y es importante mantenerse informado y adaptarse a las nuevas oportunidades que surgen. ¡Sigue disfrutando de un hogar cálido y confortable con tecnología respetuosa con el medio ambiente!