Un termo, es un recipiente que se utiliza para mantener la temperatura de un fluido. Como verán, tiene varios nombres, especialmente en los países de Sudamérica.
Básicamente, es una vasija de vidrio, en un contenedor de plástico para que no se dañe.
Si colocamos un fluido frío o caliente, en un vaso común y corriente por ejemplo, notaremos que la superficie exterior se enfría o se calienta respectivamente. Esto se debe a que el calor se trasmite por las paredes del recipiente, desde afuera hacia adentro en el primer caso, y desde adentro hacia afuera para el segundo.
Pero si acercamos la mano al recipiente, muy cerca, pero sin tocarlo, no sentiremos tanto la diferencia de temperatura. Esto se debe a que para que se transmita calor en ese caso, el aire tiene que transportarlo desde la superficie exterior del vaso hasta nuestra mano.
Para explicarlo de una manera más correcta, el coeficiente de conducción del calor del material del vaso (en este caso) es mayor que el coeficiente de convección de calor del aire.
Además de ellos, el calor puede ser radiado desde la superficie del vaso hasta nuestra mano, como ocurre con las radiaciones que recibimos del sol.
Estos tres principios son los que se utilizan para mantener la temperatura en un termo. El mismo, consta de dos recipientes de vidrio, unidos por la parte superior (boca). Entre las dos paredes, no hay nada, ni siquiera aire, pues se genera vacío.
La pared interna se calienta a la misma temperatura que el fluido, púes está en contacto con éste. Para que el calor atraviese el termo, tiene que alcanzar la pared del recipiente exterior.
Pero como están separadas, el calor no puede pasar por conducción. Tampoco puede pasar por convección, pues no hay aire debido al vacío.
Sólo queda la radiación. Pero ésta es evitada pintando el vidrio como si fuera un espejo. Al igual como un espejo puede reflejar la radiación proveniente del sol, el espejado del termo refleja radiación, que aunque es pequeña, es fundamental para mantener constante la temperatura del fluido.